Empoderarse, emprender e innovar

La idea de aprender a empoderarse corresponde en gran parte a lo que otros definen como potenciación de uno mismo. Eso quiere decir aprender a conocerse, a tener confianza en si mismo y a encargarse. Encontramos por lo tanto una noción muy importante de autonomía. El niño, el joven o el adulto debe ser capaz de estimularse, de dinamizarse y de responsabilizarse de sus propias necesidades. Aprender a conocerse (conocimiento de si mismo) es fundamental aquí para que el estudiante, independientemente de su edad, llegue a progresivamente asumir con confianza la responsabilidad de si mismo frente a sus necesidades pero también frente a su devenir en la sociedad. Aprender a empoderarse incluye la idea de aprender a aprender por si mismo.

Esto es diferente de la expresión aprender a emprender que vuelve más a lo que se debe definir como el espíritu emprendedor o el espíritu de empresa.

El espíritu emprendedor representa la capacidad del alumno de identificar una necesidad en su entorno(comunidad más o menos inmediata), a imaginar una repuesta para esa necesidad y a tomar acción para concretizar esta repuesta. En cuanto a la visión del ECEC, el espíritu emprendedor corresponde a hacer que cada uno de los niños y niñas (joven/alumno o estudiantes adultos) sea más emprendedor y innovador.

El espíritu de empresa (con el perfil emprendedor) representa la capacidad de ser visionario frente a una necesidad no satisfecha, de saber cómo imaginar un proceso permitiendo concebir una solución (aquí un servicio, un producto o un evento) y de hacer que esa solución esté disponible a través de una empresa. Además, el espíritu de empresa necesita una capacidad de aplicar una estrategia de marketing (venta, distribución), una audacia mesurada frente a los riesgos y una vivacidad del espíritu de empresa cuando se encuentran imprevistos, resistencias y competición.

El ECEC propone de crear situaciones de aprendizaje favorables al desarrollo de esos “sentidos” específicos que son el espíritu emprendedor y el espíritu de empresa. El ECEC tiene un programa (PAEC + OPEEC) que permite aprender a demostrar estrategias de desarrollo, estrategias de gestión y de creatividad emprendedora. El conjunto conduce a una innovación visible: un producto, un servicio o un evento.

No hace falta decir que el espíritu emprendedor y el espíritu de empresa necesitan de una excelente capacidad de empoderamiento.

La idea de aprender a crear innovación en la escuela supone organizar la pedagogía de una manera que estimule la creatividad para que se produzcan en el mente de los niños de la escuela primaria, de los jóvenes de la escuela secundaria y de los estudiantes adultos; una disposición de ideas nuevas llevando a una innovación emprendedora consiente concreta. Eso supone que tal innovación sea favorable al bienestar de la colectividad. Este tipo de emprendimiento innovador es socialmente responsable y contribuye a la emergencia de una economía y de un futuro viable para las comunidades humanas. Es un proceso emprendedor que considera la dimensión ética.

La educación emprendedora consciente y la pedagogía que anima una creatividad al servicio de la innovación, promueven continuamente la producción de ideas y conexiones múltiples entre ellas. Los niños, los jóvenes, así como los estudiantes adultos, adquieren esos aprendizajes en la sala de clase pero también, en ciertas ocasiones, fuera ella, en las comunicadas cercana de la escuela. La particularidad de ese modus de aprendizaje es que resulte de diversos contextos auténticos que existen en el ambiente de vida socio-económica de la escuela, y así permiten la regular multiplicación de conexiones directas entre la escuela (educadores, alumnos/estudiantes) y la comunidad (personas, grupos, organismos, emprendedores).

Rino Lévesque